viernes, enero 12, 2007

FIESTA DE SAN BENITO EN MUCUCHIES

El Santo Negro, San Benito, es uno de los más venerados en la región occidental, sobre todo en el pueblo de Mucuchies en el Estado Mérida. Según la historia oral, un buen día aparece celestialmente y bajo la divina providencia de Dios, una pequeña estatuilla de la imagen de San Benito en las ruinas de una casa antigua. De allí se llevo la imagen a la capilla del pueblo. Pasado el tiempo los pobladores de Mucuchies edificaron la Iglesia, hoy conocida como “Santa Lucia de Mucuchies” donde está actualmente la imagen de San Benito y una reliquia original del Santo.

Se cuenta también, que mucho antes durante las guerras de Independiencia, Mucuchies era objeto de dominio y ataques. Un día cuando los malhechores se disponían nuevamente a hacer de las suyas, vieron estupefactos sobre la colina un gran ejército de hombres armados y guiados por un negrito que flameaba una gran bandera. Los bellacos despavoridos huyeron, dándole el triunfo en la batalla al ejercito de El Libertador.

También dice la historia que más tarde, en 1816, el Coronel del Ejercito Rafael Salas y sus hombres se debatían con sus enemigos en una atroz guerra. El Coronel Salas como buen Cristiano recurrió a la Fe y a su devoción por San Benito ofreciéndole la promesa de rendirle tributo militar anualmente a cambio de que cesara esa inútil y sangrienta guerra.

A partir de ese momento, las festividades Sanbeniteras comenzaron en Mucuchies para rememorar la aparición salvadora del santo en esas batallas y simbolizar el espíritu combativo y guerrero de los mucuchicenses. También los muchos devotos de Mucuchies, le atribuyen al santo amplios poderes curativos considerándolo, además, protector de las cosechas y los negocios.

Hoy día, la festividad de San Benito en Mucuchíes se distingue por la organización de un ejército de hombres, mujeres y niños. Es así como cada 29 de diciembre bajan los Artilleros o devotos de San Benito, con sus caras pintadas de negro, desde los caseríos de Mocao, Mucumpate, Misintá, Mitibibó y Apartaderos, vistiendo uniformes con capas rojas y sombreros de ala ancha adornados con plumas, guirnaldas y flores.

Todos salen a las calles e invaden la sede de la Sociedad de San Benito en la parte alta de Mucuchies haciendo explosiones de pólvora con sus trabucos y chopos. Luego cargan al santo negro por todo el pueblo hasta llegar a la iglesia, donde el párroco oficia la Santa Misa.

Es una celebración en la que se han mezclado hechos de la historia con elementos religiosos, y donde la pólvora ha pasado a ser el símbolo central del homenaje San Benito. Bien vale la pena ver esta tradición. Este diciembre de 2006 tuvimos la suerte de acompañar a los Sanbeniteros desde la madrugada, soportando primero un intenso frío y luego el sol inclemente del páramo, hasta la celebración de la Eucaristía a cargo de Monseñor Baltasar Porras y el Padre Carlos Zambrano.

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martes, agosto 01, 2006

OTHERNESS

Siempre me aconsejaron que escribiera distinto
que no sintiera emoción sino phatos
que mi cristal no fuera transparente
sino prolijamente esmerilado
y sobre todo que si hablaba del mar
no nombrara la sal

Siempre me aconsejaron que fuera otro
y hasta me sugirieron que tenía
notorias cualidades para serlo
por eso mi futuro estaba en la otredad
el único problema ha sido siempre
mi tozudez congénita
neciamente no quería ser otro
por lo tanto continué siendo el mismo

otrosí digo / me enseñaron
después que la verdad
era más bien tediosa
el amor / cursi y combustible
la decencia / bastarda y obsoleta

siempre me instaron a que fuera otro
pero mi terquedad es infinita

creo además que si algún día
me propusiera ser asiduamente otro
se notaría tanto la impostura
que podría morir de falso crup
o falsa alarma u otras falsías

es posible asimismo que esos buenos propósitos
sean sólo larvadas formas del desamor
ya que exigir a otro que sea otro
en verdad es negarle su otredad más genuina
como es la ilusión de sentirse uno mismo

siempre me aconsejaron que escribiera distinto
pero he decidido desalentar / humilde
y cautelosamente a mis mentores

en consecuencia seguiré escribiendo
igual a mí o sea
de un modo obvio irónico terrestre
rutinario tristón desangelado
(por otros adjetivos se ruega consultar
críticas de los últimos treinta años)
y eso tal vez ocurra porque no sé ser otro
que ese otro que soy para los otros

Mario Benedetti

TE DESEO…

Te deseo primero que ames,
y que amando, también seas amado.
Y que, de no ser así, seas breve en olvidar
y que después de olvidar, no guardes rencores.
Deseo, pues, que no sea así, pero que sí es,
sepas ser sin desesperar.

Te deseo también que tengas amigos,
y que, incluso malos e inconsecuentes
sean valientes y fieles, y que por lo menos
haya uno en quien confiar sin dudar

Y porque la vida es así,
te deseo también que tengas enemigos.
Ni muchos ni pocos, en la medida exacta,
para que, algunas veces, te cuestiones
tus propias certezas. Y que entre ellos,
haya por lo menos uno que sea justo,
para que no te sientas demasiado seguro

Te deseo además que seas útil,
más no insustituible.
Y que en los momentos malos,
cuando no quede más nada,
esa utilidad sea suficiente
para mantenerte en pie.

Igualmente, te deseo que seas tolerante,
no con los que se equivocan poco,
porque eso es fácil, sino con los que
se equivocan mucho e irremediablemente,
y que haciendo buen uso de esa tolerancia,
sirvas de ejemplo a otros.

Te deseo que siendo joven no
madures demasiado de prisa,
y que ya maduro, no insistas en rejuvenecer,
y que siendo viejo no te dediques al desespero.
Porque cada edad tiene su placer
y su dolor y es necesario dejar
que fluyan entre nosotros.

Te deseo de paso que seas triste.
No todo el año, sino apenas un día.
Pero que en ese día descubras
que la risa diaria es buena, que la risa
habitual es sosa y la risa constante es malsana.

Te deseo que descubras,
con urgencia máxima, por encima
y a pesar de todo, que existen,
y que te rodean, seres oprimidos,
tratados con injusticia y personas infelices.

Te deseo que acaricies un perro,
alimentes a un pájaro y oigas a un jilguero
erguir triunfante su canto matinal,
porque de esta manera,
sentirás bien por nada.

Deseo también que plantes una semilla,
por más minúscula que sea, y la
acompañes en su crecimiento,
para que descubras de cuantas vidas
está hecho un árbol.

Te deseo, además, que tengas dinero,
porque es necesario ser práctico,
Y que por lo menos una vez
por año pongas algo de ese dinero
frente a ti y digas: "Esto es mío".
sólo para que quede claro
quién es el dueño de quién.

Te deseo también que ninguno
de tus defectos muera, pero que si
muere alguno, puedas llorar
sin lamentarte y sufrir sin sentirte culpable.

Te deseo por fin que, siendo hombre,
tengas una buena mujer, y que siendo
mujer, tengas un buen hombre,
mañana y al día siguiente, y que cuando
estén exhaustos y sonrientes,
hablen sobre amor para recomenzar.

Si todas estas cosas llegaran a pasar,
no tengo más nada que desearte.

Autor Desconocido